1999
Peor que una jornada con viento de Levante, e incluso peor que una picadura de medusa. Estamos exagerando, pero había pocas cosas que diesen más rabia que ir a tomarte tu San Miguel en la playa y descubrir que habías olvidado el abrebotellas. En 1999, en San Miguel volvimos a sorprender e innovar con una idea tan sencilla como genial: El abrefácil. ¡Las chapas ya no daban ningún miedo, solo era necesario girarlas con la mano para disfrutar de una San Miguel al instante! ¡Bravo!